La Virgen de la Caridad del Cobre, un regalo del cielo para los cubanos.

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“Y si vas al cobre; quiero que me traigas una virgencita de la Caridad”

El cobreVeneración, es la canción dedicada a la Virgen de la Caridad del Cobre, que para la Iglesia Católica Cubana y los fieles católicos cubanos constituye la Patrona de Cuba, es implícitamente la Virgen María, fruto de la formación de nuestra identidad nacional y especialmente del mestizaje de españoles y africanos.

Hace 400 Años del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad flotando en la bahía de Nipe, actual provincia de Holguín. Según los creyentes devotos conocedores de la historia mariana, a partir de ese momento, con esa nueva advocación, los habitantes de la isla comenzaron a distinguir a la Virgen María, la madre de Jesús. Lo cierto es que con todo lo que se ha investigado, resulta difícil conocer con precisión la procedencia de la imagen hallada.

Una de las historias que se cuentan es que junto al hallazgo apareció un madero que llevaba una inscripción donde se leía: “Yo soy la Virgen de la Caridad”. Lo “del Cobre” vino algo después cuando la imagen fue llevada a ese territorio donde se le construyó inicialmente un modesto santuario de madera y techo de guano, que se fue mejorando hasta llegar al santuario que existe actualmente. Desde ese entonces, hasta el sol de hoy, los cubanos creyentes católicos y no católicos, han venerado con gran devoción esa imagen a la que le atribuyen poderes milagrosos y como la mayoría la consideran milagrosa por sí misma y no como mediadora con Dios, le hacen solicitudes con un sentido utilitario muy relacionadas con la vida cotidiana.

 Así le piden directamente que interceda por ellos en cuestiones que van desde la curación de un familiar enfermo, hasta el apoyo para la redacción de una tesis doctoral o para obtener una medalla en alguna competencia deportiva o que le proteja la vida en otras tierras donde el solicitante brindará su apoyo internacionalista o que el marido o la esposa los siga queriendo “hasta que la muerte los separe” o vaya Ud. a saber que cosa, siempre con la mayor devoción.

Hoy en día, el diario peregrinaje de miles de cubanos y foráneos es motivo de distinción de este poblado oriental, mucho más que la opacada actividad de los mineros. Tan es así, que las oraciones, los susurros y hasta el sagrado silencio del templo son más fuertes que los sonidos típicos del trabajo en una mina. Allí acuden los fieles de la virgen a rogarle o pagarle promesas a su Patrona, u otros por simple atracción de su figura.

En enero de 1998, su santidad, el Papa Juan Pablo II, corona a la virgen, como parte de su visita a Cuba.  Posteriormente, en el 2015 Benedicto XVI subió como Peregrino de la Caridad al Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, donde fue recibido por Dionisio García, arzobispo de esta ciudad y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, y monseñor Jorge Palma, capellán del recinto. Ante los pies de la imagen de la deidad, el Santo Padre oró acompañado por su séquito personal y todos los obispos cubanos.

Al dirigirse a los hombres y mujeres concentrados frente a la Basílica, Su Santidad dijo que la presencia de la Virgen Patrona es un regalo del cielo para los cubanos, quienes encomendados a ella construirán el futuro por caminos de renovación y esperanza, por el mayor bien para todos.

El gran santuario levantado sobre una colina, es precedido por una escalinata, y está decorado por hermosos vitrales con diseños alegóricos. El altar de la virgen, fue hecho en plata maciza, y rodeado por valiosos objetos que completan la ambientación.
En la llamada “Capilla de los Milagros”, innumerables y asombrosas ofrendas llaman la atención del visitante, donde las flores y su esencia encantan el recinto.
Todo esto tiene como trasfondo, la impresionante vista de la Sierra Maestra con todos los dones de la más natural ubicación.

 

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