Las Navidades y el fin de año en Cuba.

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Ya casi llega a su término el 2017 y, para que así suceda, resulta inevitable dejarse llevar por la magia que encierra cada una de las fechas que empujan hacia el año venidero. Las Navidades y las fiestas de fin de año en Cuba cuentan con una variada tradición, consecuencia indiscutible de la rica mezcla que define la cultura cubana. El bolero, la balada, la rumba, la salsa, la timba, el reguetón: todos estos ritmos y muchos otros colman las noches de cada provincia desde el 24 de diciembre hasta el 1 o 2 de enero, pero sobre todo la habanera, lugar que exhibe magníficos espectáculos y en el que se presentan grupos de fama mundial. Las ofertas recorren cada rincón.

Cabarés y otros para tu Fin de Año en Cuba

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El gran cabaré Tropicana ofrece una experiencia retro de los años 50s, performance de más de 200 bailarines que, entre plumas y lentejuelas, sacuden el escenario a fuerza arte coreográfico. Algo parecido sucede en el Parisien, con la diferencia de que la segunda parte del show involucra al público en una especie de escuela de baile alegre y divertida. Muchos otros lugares, como el Café Cantante, La Casa de la Música de Miramar o de La Habana, el Habana Café, el piano-bar Delirio Habanero, el cabaré Dos Gardenias, entre otros, acogen a orquestas y grupos de renombre internacional.

Por otra parte, para los que prefieran disfrutar de un buen trago y una buena cena mientras La Habana luce su encanto festivo, están las plazas y bares que así lo permiten, como El Floridita o La Bodeguita del Medio, la Plaza Vieja, la Plaza de Armas o la Plaza de la Catedral. En cada uno de ellos la oferta será particular; no faltará la música y el encanto característicos de estas fechas en Cuba y la posibilidad de apreciar, un poco más de cerca, las costumbres típicas del cubano en estas fiestas.

 

Las Navidades cubanas. Costumbres.

La familia cubana se distingue por celebrar, en este periodo, dos fechas en particular: el 24 y el 31 de diciembre, es decir, la Nochebuena y la Nochevieja o fin de año. Ambas constituyen, ante todo, un pretexto para la reunión familiar. La costumbre dicta que estos eventos queden presididos por un cerdo, una pierna o una paleta asada. A esto se suma el arroz moro (congrí) o arroz blanco con frijoles negros, la yuca con mojo, la ensalada, los plátanos fritos maduros o verdes en versión de mariquita.

La tradición recoge un sinnúmero de rituales que, a forma de conjuro, dan la bienvenida al año nuevo y despiden el viejo buscando el bienestar físico, económico, amoroso, etc. Quemar un muñeco alegórico a lo pasado, lanzar cubos llenos de agua a modo de purificación, pasear con maletas de viaje o vestir ropas de colores que develen los deseos para el nuevo año representan algunas de las manifestaciones que, entre risas y algarabía, calan en lo más profundo de la esencia cubana.

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