Es de suponer que cada una de las esferas de la vida en la nación cubana constituya evidencia de la nutrida mezcla cultural que la define. Tal diversidad es un fenómeno que rige, a veces sin sospecha, el destino de los más y menos cubanos, y que halla su, quizás, mayor exponente en las prácticas religiosas de la isla. Porque como bien se sabe –reelaborando un poco aquella certeza del acerbo popular–, en Cuba hay más que de congo o de carabalí.
Panorama de la religión en Cuba
La característica distintiva de la religiosidad en Cuba es la mezcla de múltiples creencias y manifestaciones. Ninguna en particular caracteriza al pueblo cubano. Si bien esto es cierto, resulta evidente dentro de este mestizaje, que incluye en su amplio espectro corrientes como la metodista, la ortodoxa rusa o griega, la musulmana, la judía o la espiritista, entre otras, la prominencia de dos fuentes.
La fusión de éstas, a saber, la religión católica, traída por los conquistadores españoles, y las africanas, portadas en el espíritu de los negros esclavos, se entiende hoy como el resultado de un proceso paulatino de transculturación y sincretismo que derivó en la Regla de Osha-Ifá o, como se conoce comúnmente, Santería.
La religión, otro atractivo turístico
El complejo entramado que distingue a las prácticas religiosas cubanas resulta un motivo singular para visitar la isla. Sin abundar mucho, se pudiera retroceder en el tiempo y establecer relaciones entre los primeros antecedentes del turismo en Cuba, principales sucesos en la constitución de su identidad nacional y las primeras señales de una su gran diversidad religiosa en formación.
El poder atractivo responde, sin dudas, a una amplia gama de causalidades, y éstas pudieran, quizás, resumirse en la amplia capacidad ilustrativa que encierran, en la manera que tienen de representar la riqueza cultural de la nación caribeña.
Algunos rituales religiosos
Como se ha dicho con anterioridad, una de las principales expresiones religiosas en Cuba es la Santería, síntesis en la que sobrevive el culto a los orishas o divinidades de origen africano, principalmente yoruba, bajo la adoración de las imágenes de santos católicos.
Muchos de estos ritos, realizados por lo regular en una casa-templo (ilé-ocha), poseen un carácter secreto, mientras que otros admiten la presencia de no iniciados.
El “asiento de un santo” o, como se conoce popularmente, “hacer el santo”, los ebbós o el acto de consulta sobre la base de los diferentes sistemas de adivinación (el oráculo de obi, el oráculo dileggún y el oráculo de ifá) son algunos de los más típicos rituales que configuran las prácticas en la Regla de Osha.
Principales fiestas patronales
Muchas celebraciones en honor a los santos expresan a la vez la adoración de la advocación católica y del avatar afrocubano. Uno de los casos más conocidos ocurre con la Virgen de Regla y con la Virgen de la Caridad del Cobre, Yemayá y Oshún, respectivamente.
Ambas fiestas, celebradas el 8 de septiembre con procesiones, misas, bailes, etc., constituyen una muestra clara del sincretismo característico de la religión en Cuba.
Otras muchas, dedicadas a la Virgen de las Mercedes (Obatalá), el 24 de septiembre, a Santa Bárbara (Changó), el 4 de diciembre y a San Lázaro (Babalú-Ayé), el 17 de diciembre, entre otras, encarnan, sobre la base del legado que atestiguan, una oportunidad para el contacto con las más profundas raíces de la identidad cubana.
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