Entre Baratillo y O’Reilly se halla este templo de estilo dórico construido en 1828 para conmemorar el lugar donde se celebró la primera misa en 1515 y donde se fundó en 1519 la ciudad, con el nombre de Villa de San Cristóbal de La Habana.
Este templete es el lugar con mayor carácter histórico de La Habana.
En el lugar había una Ceiba que era considerada un árbol sagrado por los esclavos nigerianos por lo cual, dada la tradición, ha debido ser replantado varias veces a través del tiempo.
El 16 de noviembre el pueblo reproduce a su alrededor esa primera misa y participan muchas personas en un ritual que consiste en dar tres vueltas alrededor del árbol sagrado y arrojar tres monedas a sus raíces para tener buena suerte posee una enorme ceiba a la cual acuden los habaneros en vísperas del día de la fundación de la ciudad, para darle tres vueltas y pedir ¡cosas buenas!
Su importancia histórica viene dada porque se construyó en el exacto lugar donde fue fundada la ciudad de La Habana. Junto al templete hay una ceiba, a la sombra de la cual tuvo lugar la primera misa y el primer cabildo. Hay una tradición en torno a esta ceiba: A las 12 de la noche de cada víspera del 16 de noviembre (aniversario de la fundación de la ciudad), tiene lugar una ceremonia en la que los asistentes le dan tres vueltas en silencio a esta ceiba mientras piden un deseo.
El interior puede visitarse ya que es un museo. Se exponen tres grandes lienzos pintados por el francés Juan Bautista Vermay que representan la primera Misa, el primer Cabildo y el momento de la inauguración de El Templete. También hay un autorretrato del autor y su tumba.
El Templete está rodeado de una verja y un pequeño jardín, en el que también pueden verse: Un busto de Cristóbal Colón, una antigua columna llamada «de Cajigal» sobre la que se encuentra la Virgen del Pilar, y un busto del Adelantado Don Hernando de Soto (primer gobernador de la ciudad).
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