El castillo de los Tres Reyes Magos del Morro y su Cabaña

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morroDesde la Habana Vieja, al otro lado de la bahía  sobresale una construcción fuerte, de piedra, imponente. Se trata de sus dos antiguas fortalezas, el castillo de los tres reyes mayos,  más conocido como El Morro y la fortaleza de San Carlos de la Cabaña.

El Morro-Cabaña constituye un gran museo histórico. Visitarlo es establecer un contacto directo con la historia… Una historia rica en leyendas… Es saltar en el tiempo y trasladarse a la época lejana y romántica de los corsarios y los piratas…admirar desde sus vetustos y sólidos muros la ciudad… subir al faro y captar para el recuerdo las más bellas imágenes de La Habana…sentarse, en muda contemplación bajo el susurro de las olas a nuestros pies, a disfrutar las más hermosas puestas de sol en el Balcón de la Reina…caminar por sus estrechas calles adoquinadas, admirando cada piedra, cada recodo, cada plazoleta recoleta y evocadora, mudos testimonios del pasado…Es dejar volar la imaginación y tejer cada cual su propia aventura al admirar la Exposición “Los Grandes Viajes”, que muestra las principales expediciones marítimas que España y Portugal realizaron en los siglos XV y XVI, viajes que propiciaron un mayor conocimiento del mundo…Es, en fin, vivir el pasado desde el presente.

El Castillo de los Tres Reyes del Morro es la más emblemática de las fortalezas cubanas. Su construcción comenzó en 1589 y concluyó en 1630, a cargo del ingeniero militar italiano Juan Bautista Antonelli, en el lado este del canal de acceso al puerto de La Habana.

El castillo fue concebido con forma irregular poligonal, muros de tres metros de grosor y profundos fosos, que forman un gran ejemplo de arquitectura militar renacentista; y está dotado de una elegancia armónica con el enclave natural por medio de una serie de terrazas descendentes que lo mimetizan con la roca.

La fortaleza, cuenta con muros de hasta 3 metros de ancho dado que este sitio fue, durante muchos años, el centro de la defensa de la ciudad. Es por ello que, en la parte baja, se encuentra la llamada batería de los Doce Apóstoles que son 12 cañones preparados para atacar.

Un símbolo tradicional de Cuba es  la farola del Morro, guía de los navegantes desde hace 153 años.

El emblemático faro está situado a la entrada de la bahía habanera, tiene una historia no sólo larga sino única en esta parte del planeta,  constituye la más antigua fortificación construida por los españoles en América.

El faro había sido concluido con fuerte material de sillares y gruesos muros de 7,5 pies en su base. Con cuatro ventanas para dar aire y luz. La torre es de forma circular y su diámetro disminuye gradualmente desde la base hasta arriba a una altura de ciento ocho pies; tiene dos cuerpos, el primero es de setenta y seis pies de alto y el resto está rematado con una cornisa donde hay una balaustrada de hierro, base donde se apoyan la linterna y la cúpula.

Extrapolando esa descripción a la actualidad podemos decir que el faro es de sillería y cuenta con una torre cilíndrica de 45 metros de altura y 5 de diámetro.

La historia del faro situado a la entrada de la bahía de La Habana está íntimamente ligada al Castillo de los Tres Reyes Magos del Morro. El topónimo del nombre del castillo se debe por un lado a una evocación hacia los tres Reyes Magos y por otro lado al lugar donde se encuentra ubicado. Hoy día se conoce como Castillo del Morro y de ahí toma su nombre el faro.

El faro que conocemos actualmente no es el primero que se instaló en el castillo sino el tercero.

Muy cerca del Morro se encuentra la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, es un complejo militar situado en la entrada de la Bahía de La Habana, que junto a la fortaleza de San Salvador de La Punta y el Castillo de la Real Fuerza de La Habana defendían la ciudad frente a cualquier ataque enemigo o pirata.

La fortaleza fue la mayor de las construidas por España en América, con más de 700 metros de muralla por 240 de ancho, y que apuntaló el sistema defensivo de La Habana tras la amarga experiencia que supuso la ocupación inglesa. Empezó a construirse en 1763 y las obras se prolongaron por más de once años, con un costo enorme para su tiempo. La formidable fortaleza, en forma de polígono con baluartes, terrazas, fosos, puentes levadizos, cuarteles, aljibes y almacenes, defendida además por gruesos muros de piedra, era una ciudadela prácticamente inexpugnable. Su posición privilegiada le convertía en un bastión para defender la ciudad y el puerto, para lo que contaba con un elevado número de piezas de artillería. Un buen número de cañones fundidos en Barcelona en el siglo XVIII, siguen guardando simbólicamente este fuerte, mostrando su lujosa decoración de escudos en altos y bajos relieves, cada uno con su nombre grabado. La Fortaleza de la Cabaña se alojaba las mejores unidades del ejército español en Cuba. Durante las luchas independentistas del siglo XIX, no pocos héroes cubanos, entre ellos José Martí, fueron prisioneros de sus rejas y muchos fueron ejecutados en el Foso de los Laureles.

Hoy en día sigue manteniendo su carácter militar y un destacamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias tiene allí su base. De la historia más reciente se conserva casi intacto el edificio dentro del alcázar, que al triunfo de la Revolución, el Comandante Ernesto Che Guevara ocupó militarmente. Allí estableció su Comandancia y supervisó personalmente, en los primeros días de la revolución, muchos de los fusilamientos de partidarios de Batista acusados de crímenes de guerra.

 Actualmente es un complejo cultural y museístico que en el se exponen documentos y testimonios del Che.

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