Cuba y la ciencia.

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Vivimos, sin dudas, en un mundo llevado por la ciencia y la tecnología, y hoy son muchas las revoluciones que se van contando en el campo de las investigaciones. Ideas como expansión de la digitalización o control de la información tipifican la era que vamos construyendo, una en la que la humanidad intenta descubrirse respetando la diversidad que la caracteriza.

Cuba es también una de esas naciones que recorre su propio camino, y su historia ofrece detalles claros de las victorias y los reveses que la han marcado en esa tarea titánica que representa el saber humano.

Brevísimo esbozo. (Siglo XVI hasta el XIX)

La ciencia en Cuba tuvo su temprana expresión muy relacionada al surgimiento de la villa colonial de San Cristóbal de La Habana y a la importancia de su puerto en esto. Sin embargo, no fue sino hasta finales del siglo XVIII y principios del XIX que comienzan a registrarse una serie de acontecimientos que propician el fomento de la cultura y, consiguientemente, el de las ciencias. Tal es el caso, por ejemplo, de la creación de la Sociedad Económica de Amigos del País (1793) y del Real Consulado de Agricultura, Industria y Comercio (1794. Destacan en este periodo nombres como el del conocido médico Tomás Romay, el del presbítero José Agustín Caballero, entre muchos otros.

En esta época, un poco más cercano a los años 30s del siglo XIX, se ubica la figura de Álvaro Reynoso, considerado por muchos como el más importante inventor cubano, debido a las investigaciones que realizara sobre el cultivo de la caña de azúcar. Otros hechos brindan una idea clara del desarrollo alcanzado en las ciencias, pero es sin duda el descubrimiento del modo de transmisión de la fiebre amarilla, logro que le valió la candidatura al Nobel al doctor Carlos J. Finlay, lo que mejor representa el potencial científico cubano.

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La primera mitad del siglo XX supuso una vez más, en la mayoría de los casos, el desarrollo de la ciencia de forma independiente. Pocos campos investigativos, como el agrícola, con la creación de la Estación Experimental Agronómica de Santiago de las Vegas, fueron fomentados por el gobierno. Aquí se obtuvieron significativos resultados, entre los que cabe mencionar el rescate de la variedad original del tabaco cubano, llevado a cabo por el distinguido botánico Juan Tomás Roig.

La creación de institutos y demás tipos de agrupaciones orientadas a las diferentes ramas de las ciencias constituiría un proceso lento que encontró mejores condiciones a partir de 1962. Cabe citar, entre las muchas organizaciones, el Instituto de Física Nuclear. Con el paso de los años, muchas otras figuras fueron dejando su huella en la historia de las ciencias en Cuba.
Principales logros de la ciencia en Cuba.

En Cuba, los más notables resultados obtenidos en el ámbito científico pertenecen, sin dudas, al campo de la medicina. Una de las instituciones cubanas de mayor prestigio hoy es el CIM (Centro de Inmunología Molecular). En ella, se combinan varias áreas de investigación con el objetivo de estudiar curas para el tratamiento del cáncer y otras enfermedades autoinmunes.

la ciencia en cuba

Este es, por ejemplo, el caso de la vacuna CimaVax, la innovación cubana más conocida, o de los medicamentos Racotumomab, VSSP o Nimotuzumab, los cuales, con sus respectivas diferencias, ofrecen esperanzas en la lucha contra enfermedades como el cáncer de pulmón, la leucemia, tumores, etc

La ciencia en Cuba es, como muchas otras áreas, un campo en desarrollo con muchas promesas interesantes para el futuro.

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